98lab
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Don Veneno, la Tierra bajo el terror del monstruo

Escrito por Lucas Tello el 18 jul 2013
Don Veneno y Doctora Alegría en alguna cinta japonesa perdida.

A media luz, en los sótanos del Centro de las Artes de Sevilla, casi en petit comité se oyen los chisporroteos de las neuronas de mi compi de al lado. Hoy se produce un avance sustancial en la ontología, empieza a tomar forma; me alivia, empezaba a pensar que era una quimera, que era una jugarreta que querían hacernos, que era prácticamente una prueba de Saw, a Pedro se le estaba poniendo cara de Klaus Kinski en Fitzcarraldo.

Si en la anterior sesión cerramos construyendo frases con los conceptos, las categorías y los verbos en dos grupos distintos; hoy se trata de poner en común las frases de los dos grupos, ver qué convergencias podemos establecer, qué divergencias discutir, y unificarlas para abarcar todos los conceptos que consideramos deberían estar en una ontología de la precariedad. Desde lo que es invisible por estar encima, las estructuras que nos precarizan, hasta lo que es invisible por estar dentro, junto a las tripas y eso.

Nos encontramos, como era de esperar, con el problema de la subjetividad, hay frases que no entendemos de personas que no están. Reformulamos las que consideramos demasiado poéticas o poco claras para considerarse definición, podría ser una prueba de Saber y Ganar. Las frases resultantes las escribimos en la pizarra y son el producto de un largo período de complejos procesos químicos y fermentación de ideas. No debemos olvidar que el objetivo final del 98lab es producir vídeos, ¿qué frases se podrían explicar a través de un vídeo? ¿Qué frases pueden funcionar como presupuesto para alguno de los vídeos? Una vez estén escritas, las destilaremos para transformarlas en proto-ontología, en ameba sin cerrar, abierta a la modificación y al hackeo. Las frases son las siguientes:

 Incertidumbre crea vulnerabilidad y miedo.
 El poder instrumentaliza los deseos.
 Reinventar la familia.
 Construir redes que generen emancipación.
 El capitalismo genera espacios de ocio para evitar el conflicto.
 El capitalismo mercantiliza el consumo para ocupar la vida.
 El poder perpetua identidades y a la vez las destroza.
 Los afectos deben/ tienen que hackear el espacio público.
 Activar el enfado.
 El capitalismo se apropia del tiempo y los cuerpos.
 La memoria activa.
 “Lo madre” colectiviza los cuidados.
 Vanguardia y Retaguardia deberían retroalimentarse.
 El munus problematiza las redes.
 La comunidad implica don/veneno.
 Ejercer la alegría.

El día que discutimos la serie de Retaguardias (y vanguardias), Marta L. enhebró muy fino con el origen de munus y la relación que establece Roberto Espósito entre comunidad y violencia, entre don y veneno como reversos inseparables. La idea se ha filtrado felizmente a la ontología, con errata incluida. Pablo escribió: “la comunidad implica a don veneno”. Don Veneno, ya tenemos nuestro primer antagonista, el poder invisible traducido en una caricatura ridícula que en mi cabeza tomaría la forma del muñeco del Monopoly, del hombre gris de Momo, de Godzilla o de un tipo con sombrero, bigote y un traje oscuro, un capitalista. Un mierda, vamos. ¿Cómo resistir la impetuosa expansión de Don Veneno? Bueno, para eso tenemos a la Doctora Alegría, el festejo, los afectos, el enfado activado, "lo madre".

Algunas de nuestras frases parten de deseos a alcanzar o de la propia celebración de nuestros cuerpos precarios, otras son definiciones de conceptos tal y como todas empezamos a entenderlos, recoge desde lo que nos ahoga hasta nuestras herramientas de lucha. Pe... Pero... ¿Y el empleo? ¿Y el trabajo? Que se nos hayan olvidado tiene que significar algo. Los incluimos y empezamos a esquematizar las frases, a trazar conexiones posibles, a dibujar unas flechas unidireccionales y otras bidireccionales. El asunto cobra sentido, se enciende la luz en el CAS, suena la melodía de El Precio Justo, caen globos y confeti. Todavía queda mucho por afinar, pero esto es el inicio de una construcción de sentido que nos resultaba difícil de intuir durante los estadios anteriores de debate y puesta en común.

Aquí la ontología de nuestra precariedad hasta el punto en que la dejamos:

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