A partir de los trabajos realizado en el taller de "Activación Sonora..." con El Sueño de Tesla, Álvaro Sebastián ha publicado este relato audio-texto-visual en su blog www.alvaro-sebastian.com. Recogemos aquí con la intención de aportar materiales que hemos ido produciendo a partir del 98lab. Irán saliendo algunas cosas más.
«La mañana se había levantado como el oeste, amarilla, y parecía que los arbustos rodantes hubiesen atascado las puertas, todo desierto. El salón olía a whiski del malo y la cabeza retumbaba, en su cama no había nadie. No es triste, a él le gustaba así. Se subió a la azotea para ver el panorama desde arriba, como las antenas, pero la perspectiva continuaba siendo la misma, parecía que como sin moverse, todos los edificios lo hacían, o sería él.
Se quedó allí aprovechando lo que quedaba del primer y único domingo número 7 de Otoño, hasta el final, en realidad no tenía otra cosa mejor que hacer que dejar que pasase el tiempo»
La mañana del domingo número siete de otoño se levantó con luz y cielo como todas las mañanas normales y corrientes, pero es en ella donde decidí prestarle atención al sonido. Tengo que decir que esta curiosidad repentina por el mismo no viene así sola por ciencia infusa, me gustan los sonidos, es cierto, pero no me había parado a pensar sobre ellos hasta que tuve la oportunidad de escuchar hablar a Chinowski Garacha sobre la cultura del ojo, la identidad del sonido, de poder colocarlos en un mapa, de señalarlos, buscarlos, nos estaba invitando a que cerrásemos los ojos y escuchásemos, en un momento incluso nos invitó a inventárnoslo.
Nos contó sobre los paisajes sonoros y de cómo almacenarlo en cápsulas para distinguir y estudiar el universo sonoro que nos rodea, un ambiente sonoro que puede referirse tanto a entornos naturales y urbanos reales, como a construcciones abstractas, sonidos que crean la sensación de experimentar un entorno acústico particular. Llevo un tiempo buscando entre los ruidos pero no pensaba en/sobre ellos como ahora, me gustan los ruidos que se mezclan, los ruidos que se vuelven objetos y los objetos que se vuelven ruidos sin romperse. Siendo consciente de que no sabía del sonido, me puse a recordarlo, por si se me había olvidado. Me viajé a las clases de Conocimiento del Medio, pero allí nunca me explicaron que aunque el sentido de la vista es una de las principales capacidades del hombre y del animal, el plano donde se mueve el sonido está mucho más cerca de nosotros que el de la imagen, el sonido es la vibración de una fuente que propaga el dinamismo de los cuerpos, esta vibración nos hace ser participe de lo que pasa en una imagen desde muchos niveles narrativos, e incluso atravesando los mismos. El sonido tiene el privilegio de acceder a nuestras emociones más primitivas mucho más rápido que la imagen. Estar con Chinoswki no fue como viajar a las clases de conocimiento del medio, el nos enseñó sin enseñar, como hace en la Casa de Tesla, llevándonos a la búsqueda y captura de sonidos, para después darles nuevas formas o guardarlos para que no se pierda aquella que tuvo siempre, aquella que le dio sentido.
El paisaje sonoro de "El primer domingo número 7 de Otoño" es simplemente la vida acústica de las palabras que dan forma a esta serie fotográfica, el surrealismo sonoro que envuelve una situación. Lo que de verdad tiene que sonar y no suena.
Paisaje Sonoro: David Viñas Muñoz y Álvaro S. Fernández (cc)
– Colchón rítmico de guitarra acústica, un huevo y un envase de cristal con canicas.
– Sonido ambiente extraído de los sonidos capturados en la actividad realizada con Chinowski durante el taller en el 98lab.